2.16.2006

Hace unos días me encontré con un paciente al que me tocó atender en alguna ocasión. Cuando lo vi, hice un esfuerzo mental por recordar de dónde lo conocía y al instante, todo fluyó: es un paciente de nombre tal, apellido, número de cama, radiografía de tórax, hemoglobina de ingreso (la cual debo decir que era de 1 g/dL, cuando lo normal es ≈ 15 g/dL)... Sí, definitivamente me acordaba de su caso, se trataba de un varón de cincuenta y tantos años que no tenía domicilio, había tenido un sangrado digestivo, secundario a una úlcera péptica y por eso tenía tan baja hemoglobina.
Me acuerdo que cuando ya estaba listo para ser dado de alta, la funcionaria no quería mandarlo a su "casa". Por purgar su conciencia, o porque en verdad era consciente, decía que no podía enviarlo a la calle. No supe qué más pasó, terminó mi período en esa sala y así quedó todo para mí.
Ahora, cuando lo encontré, obviamente estaba en condiciones domiciliarias parecidas, al menos eso podía deducirse al verlo como vestía. Al igual que yo, el hombre se metió a una tienda de chinos. La mujer de la caja estaba muy pendiente de él, ni siquiera se concentraba en cobrarle a los demás. El hombre estaba comprando lo que parecía un desayuno a las 4:00 de la tarde. Sonará ridículo, pero para mi fue impactante, un hombre al que yo había atendido, le había hablado por varios días, lo llamaba por su nombre, le tomaba los signos vitales todas las mañanas y le hacía extracciones de sangre cada tercer día; de alguna forma no era un 100% extraño, no quería quedarme indiferente, y sí me dieron ganas de pagarle el "desayuno", aunque el hombre aparentemente tenía unas monedas. La china no dejaba de verlo. En la puerta había un policía. Y de repente, yo ya me tenía que ir.

2 comentarios:

e-ness dijo...

Te estás superando. He leído relatos cortos de escritores supuestamente reconocidos, que no le llegaban a esto ni de lejos... :)
Me ha encantado éste!

wakalani dijo...

uy, no pensé que fuera así de exitoso :)

Sabes que en verdad me pasó y al dia siguiente, aunque no me lo creas, me encontré con un diabético de la cama de enfrente, y de condicion socioeconomica bastante parecida... Ya te harás una idea de las áreas por donde paseo en mi tiempo libre :P