Señoras, sepan desde este momento que por más madres que sean, queda digamos, poco elegante hablar/exagerar de la vida y obra de sus hijos, sobre todo con:
1) Personas que no tenemos hijos
2) Personas contemporáneas con sus hijos
3) Personas a las que no nos interesa ni remotamente los caprichosos giros que la buena fortuna haga le de a la vida de los susodichos.
Sepan además, que la transigencia puede verse limitada en situaciones de mucho estrés, con lo cual las exhortamos a moderar sus pasiones.