1.18.2009

El Misterio de la Virgen Dolorosa

A la urgencia ginecobstétrica, hasta ese momento tranquila y sosegada rayando con la hora del cafecito vespertino llega esta joven muchacha de buen parecer con fascie dolorosa, deshecha en llanto y sollozo aquejando dolor, mucho dolor. Su lamento se oyó mucho antes que cruzara la puerta. El café quedó a medio palo y una doctora muy simpática propuso salir a ver qué pasaba con la dolorosa. La dolorosa es una virgen pensé.






María Dolorosa, siempre virgen.


En efecto casi logro atinar. Se trataba de una mujer de 20 años que refería sangrado, sufrimiento y dolor y negaba por todos sus muertos haber tenido relaciones sexuales en fechas recientes. No recordaba cuando fue la ultima vez que supo de su período menstrual y desde luego, tampoco recordaba la ultima vez que la mano de un hombre posó sobre ella.
Llego el momento de examinarla. Le fue puesto un espéculo. Se veía en el sitio donde se supone esta el cervix una cosa muy violeta, que a primera vista podia tratarse de un cervix inflamado, sin embargo, el especulo fue saliendo y con él se vino este ente violáceo muy semejante a una placentita como de 3 meses. A lo mejor estábamos ante a la segunda venida de Cristo, pero esta vez a diferencia de la anterior, la misión fue abortada.