2.19.2008

Tarde de musgo pegado al alma

Por una fina cortesía de Eyra H. y esta otra.


Vamos a hacer un cadáver
todo el que busca es encontrado
asi como las palmas guardan aceite
caminaré hasta el fin de mis dias
y los perros ladraran hasta que sangren
cocina de pie, nunca de rodillas
arriba están las más altas entrañas
que buscan florecer contra todo pronostico
baja la mirada, sube los brazos flacos
vi que anoche no dormias
come entre tiburones y saldrá una anguila
mientras tu hermano pinta arco iris en la penumbra
ataja mi palabra antes que anochezca
come frutas y verduras
sangra de medio lado
habrá que amputar
dame chocolate como al infante
hasta que explote en ira
duerme luego tu manta en mi costilla
frita o asada
asi es la paz del resucitado
quien dijo que volverá
alguien acuna la ojera
y se cuida del mal de orine
ay, cuanto cuesta un pescado
su padre es lucifer
mierda

clap, clap, clap!

2.14.2008

Cuando la seguridad no es prioritaria

Era mediodía. Se establecieron referentes comunes para poder encontrarnos. Me tocó llegar primero y al no ver a nadie decidí que lo mejor tal vez sería buscar una bonita sombra y quizá hasta las refrigeradas corrientes de un aire acondicionado.
Entré al "food court" de ese centro comercial, ese espacio que en otra época nunca se imaginaría transformado en una suerte de agujero negro de la plata de los paseantes. Me senté a esperar y esperé. Al poco rato vi que un agente de seguridad se acercaba. Hasta ahora nada para asombrarse, al final su trabajo es fisgonear, vigilar. Sin embargo, ya cuando su presencia era como una sombra (y no precisamente bonita) empecé a preguntarme qué fisgoneaba. ¿Algún peligro amenazaba la integridad del personal? ¿Acaso algún enemigo de la justicia sembraba violencia en ese templo del dispendio? Noté que realmente llevaba mucho tiempo ahí sentada, probablemente él también. La diferencia era quizá, que él notó que yo no consumía y por eso me vigilaba.