11.03.2005

Pedagogía 124 o Borreguización

No Estudio Por Saber Mas, Sino Por Ignorar Menos.
Sor Juana Inés de la Cruz
El alfa y el omega del sistema educativo. El curso esta dirigido a ellos y de su nota dependen el éxito o el fracaso de toda la actividad escolar realizada. Acercándonos un poco mas a los exámenes, se nos presentan como los más justos evaluadores de nuestros conocimientos, cuando en realidad son la máxima expresión del aborregamiento y la estupidez.
No solo no invita a pensar, sino que es la negación del pensamiento. En el momento de tu evaluación deberás regurgitar en unas horitas todo el pienso que te has ido tragando durante el cebamiento escolar. El pensamiento queda sepultado bajo toneladas de datos a memorizar.
Lo importante en nuestro sistema educativo dirigido hacia el examen no es el enriquecimiento personal, lo aprendido; sino la nota, ese número que ha pretendido, sin conseguirlo, condensar las aptitudes del estudiante. ¿Qué se consigue?: miradas estrábicas, baterías, amnesias a la semana del examen, ansiedad, malestar y repetición al pie de la letra. Aprobar es fundamental, aprender es un tema secundario.
Ésto recuerda mucho al trabajo asalariado: el salario es la nota y el contenido del trabajo/estudio no importa quedando relegado a una posición secundaria. Hay medios (copiarse, memorización colosalmente absurda) para sacar la mayor nota posible, no por su valor en sí, cada vez menos importante. No hay que olvidar la carga de jerarquizacion que soporta la nota generando una competitividad en los alumnos que quedan divididos por criterios normalmente muy subjetivos, en aptos y no aptos, pasables y sobresalientes, aes y efes.
Es una lucha individual frente al resto. Se potencia la competitividad y el individualismo egoísta en una prueba en la que te la juegas a una sola carta.
¿Cuál es entonces la función del sistema educativo?:
¿Desarrollar conformismo y pasividad?
¿Aceptar las informaciones sin crítica?
¿ No elegir fuera de lo que nos ofrecen?
¿No dudar de lo que hay y mucho menos cambiarlo?
¿Asimilar sin discusión lo que te cuentan?
¿Ver a los demás como enemigos con los que tienes que competir?
Si sólo pudiéramos alcanzar una nueva enseñanza en la que el examen no sea más que una parte pequeña de la misma. Enseñanza individualizada a cada estudiante, con un seguimiento más personal, donde este estudiante posea más capacidad de decisión, donde la educación se acerque a la vida cotidiana y sus problemas, donde la memorización sin sentido se sustituya por la experimentación y el espíritu crítico, donde se tienda a un desarrollo integro y equilibrado. Aunque son esbozos difusos esta claro que una educación diferente tiene que ser posible.

2 comentarios:

e-ness dijo...

Bueno, para conseguir eso que pides (que sería lo mejor, desde luego), necesitarías casi un profesor por cada 5 alumnos, y que se multiplicara por 1000 el gasto dedicado a la educación... casi nada ;)

Anónimo dijo...

¿Seguro que Vd no es yo? Los exámenes no sirven para nada (bueno, tal vez para olvidar más rápidamente lo que aprendemos).