Artículo publicado en Rebelion.Org
Cuando uno mira el escaparate de una tienda de ropa, observa cuerpos delgados cubiertos por prendas de moda que les sientan maravillosamente, por absurda y peregrina que sea la postura del cuerpo de plástico que las luce.
Si mirásemos los maniquíes por detrás veríamos cómo la ropa se recoge en pliegues feos sujetos con alfileres e hilvanes burdos que obligan a que, vista desde el otro lado, la imagen sea perfecta.
Algo así sucede cuando miramos a nuestro alrededor asomados, por ejemplo, a la ventana de nuestro televisor. La televisión muestra las personas felices del mundo occidental, con su casa de teleserie de paredes pintadas de colores, el lavavajillas, varios televisores, DVD, ordenador y dos coches. Vemos en la pantalla los colores, cada vez más brillantes, del bienestar propio de los países prósperos y ricos. Pero la televisión es sólo un escaparete más y, cuando acaba el programa y se apagan los focos, uno, si quiere, puede mirar qué es lo que hay detrás del decorado.
Eso es lo que hice yo un día. Mirar detrás del escaparate del bienestar del mercado. Descubrí, como en la tienda de ropa, la fealdad y la falsedad de un sistema que se sostiene con alfileres e hilvanes burdos, ocultos a la vista de muchos, pero reales. Reales y necesarios para que todos sigan engañados, para que unos pocos se sigan beneficiando. Detrás del escaparate encontré la miseria y la tristeza de los que no subieron al carro del color, de los que viven en oscuras habitaciones, con las paredes desconchadas y el picaporte roñoso.
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2 comentarios:
buenisima observacion. Una discucion sobre el tema esta ocurriendo en el blog "Festival del odio" de borgeano.
Se llama marketing social, vender ideales, estilos de vida, visiones del mundo. Por decadas hemos sido bombardeados con el ideal del "sueño americano" super consumista -- mensaje que muchas veces viene en un segundo plano subliminal y que vos muy habilmente has expuesto en tu post. Y por decadas hemos permitido que nuestra dignidad sea amasijada en cada esquina en busca de ese ideal, en musca de un mañana que nunca llega y que nos ciega de ver el presente. Nuestra realidad ha sido distorcionada. Por el momento la unica solucion que yo he encontrado es dejar de ver tv y empezar a creer más en lo que ven mis propios ojos.
Un gran saludo!
Cierto. Me parece que de una forma o de otra las publicaciones recientes de Borgeano (no sólo la última) se concentran en la idea de esa realidad distorsionada, esa manipulación de los medios que finalmente se traduce en perpetuar el poder en manos de unos pocos, que encima siempre son los mismos.
Parte de ver la otra cara de las cosas quizá empieza con este despertar, el darse cuenta de que 'algo no va bien', pero una vez que eso sucede, ¿qué le espera al individuo mientras la sociedad permanece refractaria a toda confrontación con la verdad?
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