4.15.2009

Rescindible

Le llama su jefe y con cierto tono de gravedad le comunica:

  - Perez, que sea la última vez que se omite del meeting semanal. De hoy en adelante, sepa que es su deber asistir.

Pérez  saborea el agridulcísimo sabor  que da una nueva asignación laboral:  el peso de una responsabilidad más, sumado a la bonita sensación de ser tomado en cuenta.  

- Noté que faltabas cuando me di vuelta y no vi quién me sirviera café y trajera mis cosas.  Por favor que no se repita.  

Pérez se pregunta:  ¿Merece la pena?


3 comentarios:

Anónimo dijo...

mear su café, eso es lo que toca.

gracias por su visita al olimpo

manuelvh (aka Hombre de Uel) dijo...

Bueno, alguien dijo que lo importante es que hablen de ti, aunque sea mal. En este caso podemos aplicarlo a que se nos eche de menos, aunque sea para cosas como estas y poco a poco tendremos mas peso. Creo que es lo que nos ha tocado vivir, aunque este jefe ha superado la línea de lo correcto

Anónimo dijo...

creo que el jefe merece oración. la oración puede lograr que todas estas cosas pasen, además de las duchas íntimas. yo creo que deberíamos ir caminando a su lado y vestirse del mismo color para crear un ámbito de referencia común, pero discreto, que no note que lo copiamos igualito, sino parecido. creo que la zalamería no es recomendable si uno está menstruando. dicen que los beibi se tuercen y vomitan. las arañas vomitan, por eso es necesario fumigar bien las casas. al jefe se le puede fumigar para ver si no vomita cuando una tiene la menstruación.