7.22.2005

ría, ría, ríase de las arrugas!

Nota: Para ambientar esta entrevista la sugerencia de este blog sugiere emule el acento chomberil en las partes que correspondan a declaraciones de la doctora.
Las acotaciones de este blog, ajenas a la entrevista, aparecen subrayadas.
De antemano me disculpo por la extensión de este post, pero lo de esta señora es inaudito, quien lee esta cosa, se lo cree de cabo a rabo. Parece la descripción de un mundo paralelo al real y eso, eso tristemente me contraria.

EL PERSONAJE
La primera decana

No sé si usted sabe, pero yo soy la primera mujer decana de esta facultad”, me dice puro, sin pretensión alguna, (desde luego) la Dra. Marion Clark de Martin unos minutos después de iniciada la entrevista. Claro que lo sabía y ese hecho la hacía un personaje, pero no hice comentario alguno por no interrumpir su interesante historia (más bien se quedó con la espina).


Largo camino

La Facultad de Medicina se abrió el 21 de mayo de 1951. La doctora Marion Clark formó parte de la décima graduación de esta facultad: la promoción de 1964 en la que se graduaron 21 médicos, de los cuales, seis eran mujeres.

Desde entonces, sólo se ha separado de la Facultad de Medicina en dos ocasiones: luego de su graduación, mientras hacía su año reglamentario de internado en el hospital Santo Tomás. Inmediatamente, después, inició su carrera en docencia e investigación, al ingresar al departamento de Microbiología. Vuelve a separarse de la institución cuando viaja a Estados Unidos a estudiar una Maestría en Ciencias e Higiene (en Microbiología) con énfasis en Micología Médica en la Universidad de Tulane en Nueva Orleáns (lo que la hace LA UNICA, mejor y mejorada «micóloga», con lo cual justifica su sueldo en la universidad enseñando a los futuros médicos el adecuado uso del agua y el jabón). En 1979, vuelve a incorporarse a su alma mater.

“La Facultad de Medicina es muy tradicionalista, muy convencional, no nos gustan mucho los cambios, ni alterar el orden conocido”,( esto es el más puro reaccionarismo, ese conservadurismo del malo, que niega una verdad inalienable: LAS SOCIEDADES NO SON UNA ENTIDAD FIJA, E-VO-LU-CIO-NAN.. Así es como describe la Dra. Marion de Martin su lugar de trabajo, que en buena medida también es su hogar. Quizás por eso, tomó mucho tiempo para que una mujer ocupara su mayor cargo.

La doctora ya había intentado llegar al cargo anteriormente. Se postuló en las elecciones de 1997, pero no resultó elegida y perdió el interés por el decanato. Después de seis años, en el 2003, algunos colegas se acercan a ella y le proponen que sea candidata nuevamente (más bien ganó por descarte, la otra opción era un tipo vinculado con la «competencia»).

“Lo pensé durante dos o tres meses, consulté con mi familia y unos me dijeron que no les parecía, porque decían que yo trabajaba demasiado y que eso me iba absorber mucho más, pero otros opinaron que he dedicado toda mi vida a la Facultad y que he ocupado tantos puestos dentro de ella que amerecía culminar la carrera con el decanato y opté por esta última”, cuenta.

En campaña, ofreció lo que sabía hacer: un buen trabajo.(que no hemos visto, si es lo único que sabe hacer mal la vemos)

“Soy una mujer de ser presidenta de muchas comisiones, mi carta de presentación fue una vida dedicada a la facultad, una producción de alta calidad; presenté los planes que tenía para el mejoramiento de la misma y gané; aquí estoy”.(reiteramos: los estudiantes votaron por ella porque "qué remedio". Por otro lado parece lamentable que admita que ha dedicado toda una vida a vivir de la facultad).

Ya se encuentra en el mes veintidós de su mandato.

Una de sus metas culminó con la Ley Nº. 43 del Régimen de Certificación y Recertificación de los Profesionales y Técnicos de la Salud, y que está vigente desde el 2004. Con esta ley se mide a los profesionales de la salud mediante exámenes, tanto para aquellos formados en Panamá como en el extranjero(medida que más bien nos ha perjudicado grandemente y que me prometo escribir exhaustivamente sobre el tema en otra ocasión).

Su interés por los buenos estudiantes que confrontan problemas de bajos recursos ha impulsado la creación de becas ( a la lástima le llaman becas )para ellos. Ha reforzado el apoyo psicológico(sí y también encontró la cura para el cáncer de cerebro, así como descubrió el agua tibia) que deben recibir los estudiantes de las diferentes carreras que se forman en esta facultad, pues considera que son carreras muy estresantes y que estos muchachos necesitan ayuda y apoyo.

La facultad ha realizado encuestas dentro de la Universidad con el fin de educar en salud, e implementaron por primera vez el programa de salud, donde se dan consultas, orientación y charlas gratuitas a la comunidad (cual facultad? espero que no se esté refiriendo a los lastimeros trabajos de los estudiantes de micro, que por ganarse una nota han abarrotado la facultad y solo la facultad de DIBUJOS de mosquitos transmisores del "virus del OESTE -y del este, del NILO).

Otro de sus grandes compromisos es la lucha contra el VIH/sida. “Participé en la formación de la Comisión Nacional de la Caja de Seguro Social para la Prevención y Control del sida y fui su primera secretaria. Desarrollamos e implementamos un sistema de diseminación de información sobre VIH/sida para trabajadores de la salud”(que poca vergüenza, preguntar por favor por la campaña anti sida de 2002). También, colaboró con la Comisión Nacional sobre sida del Ministerio de Salud y participó en la creación de la Comisión Universitaria para la Prevención y Control de ETS/sida, además de coordinar el programa especial sobre ETS/sida para 18 países de la región del Caribe angloparlante.


Sin bata ni títulos

Conversando sobre la discriminación de los médicos hacia los pacientes con VIH -que encuentra inaceptable hoy en día-, terminamos hablando de otro tipo de discriminación, la racial. ¿La ha sentido?

“La política oficial del país es que no hay discriminación racial, pero los que hemos vivido la experiencia -en menor o mayor grado- sabemos que sí”, comenta.

Dice que primero la ven como la mujer negra, luego, al conocerla, entonces, cambia la situación: es la doctora, la presidenta, y ya no importa si es roja, negra, amarilla o blanca.

“No siento la mínima tristeza por ser una mujer negra, me siento muy cómoda en mi piel” (si va un caucásico y dice que está orgulloso de su piel es racismo, si lo dice acá lo doctora, no lo es, acá hay una realidad con el racismo que dista mucho de la diferencia blanco/negro, acá hay racismo negro-negro, cholo-cholo, cholo-negro, panameño panameño pero no queda polite decirlo), comenta y añade que el racismo es un problema de muchos. “Pero yo siempre he sido muy positiva y he luchado, y cuando me conocen terminan aceptándome como soy al igual que yo los acepto a ellos”.

En casa, sin la bata blanca, Marion es una abuela -dice que su nieta es la luz de su vida- que cocina delicioso y se la pasa decorando. “Me encanta la decoración de interiores, y con mi casa me doy gusto”, cuenta con una mirada traviesa.

También le gusta la música clásica y sacra. Toca el órgano, el piano y hace arreglos musicales para coros. Por supuesto, como buena doctora, saca tiempo para caminar.

Tiene dos hijos y dice con orgullo que su única nieta es la luz de su vida.


ellas virtual | entrevista original.

No hay comentarios.: