
Estamos hasta el cansacio de ver cada día en los medios al pobre más pobre de entre los pobres acceder a una entrevista y exponer sus lastimeras condiciones de vida a todo el país con el objetivo principal de promover la imagen de preocupación social del medio, secundario a los pañitos tibios que puedan surgir como consecuencia de dicha difusión y así palear por unos días la escacez de "nada", porque se empeñan en buscar a los que nada tienen.
Entonces se puede inferir que la dignidad es un bien y no una virtud. La dignidad hay que pagarla, ¿ barata, cara? Es relativo. Lo cierto es que quien no tiene plata, no tiene porqué tener el derecho a que se respete su privacidad, a que no se use o abuse de sus limitaciones para purgar conciencias, promocionar imágenes y vender ideas. De manera que el que esté en la cama de los perros y se haya ganado la lástima de alguna poderosísima persona (natural o jurídica) está en la obligación de sacar sus trapos sucios al sol, de lo contrario será un malagradecido.
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