4.26.2005

por favor y gracias | dos minutos de dignidad

Da la impresión que las voces cotidianas por favor y gracias adquieren distinta connotación obedeciendo al nivel socieconómico que las circunscriba. Sin duda alguna la lucha de clases enmarca concluyentemente la conducta real de la gente y por supuesto, la conducta esperada por la gente en determinadas situaciones.
Estamos hasta el cansacio de ver cada día en los medios al pobre más pobre de entre los pobres acceder a una entrevista y exponer sus lastimeras condiciones de vida a todo el país con el objetivo principal de promover la imagen de preocupación social del medio, secundario a los pañitos tibios que puedan surgir como consecuencia de dicha difusión y así palear por unos días la escacez de "nada", porque se empeñan en buscar a los que nada tienen.
Entonces se puede inferir que la dignidad es un bien y no una virtud. La dignidad hay que pagarla, ¿ barata, cara? Es relativo. Lo cierto es que quien no tiene plata, no tiene porqué tener el derecho a que se respete su privacidad, a que no se use o abuse de sus limitaciones para purgar conciencias, promocionar imágenes y vender ideas. De manera que el que esté en la cama de los perros y se haya ganado la lástima de alguna poderosísima persona (natural o jurídica) está en la obligación de sacar sus trapos sucios al sol, de lo contrario será un malagradecido.

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