4.18.2005

derecho a la lentitud

"Los monasterios benedictinos del siglo XVI empezaron a tocar las campanas y a regular los días y las noches según el dictado cristiano. La Revolución Industrial creó luego a los ‘propietarios del tiempo’: los capitalistas que poseían fábricas, que erigieron barreras laborales y horarias, y empezaron a regir nuestras vidas." Jay Griffiths.

Y las máquinas trabajarían por nosotros, a finales de siglo estaríamos en las 20 o 25 horas semanales. Y aquí estamos. Trabajando como máquinas, y ni hablar de lo que se ve en los sitios más desarrollados. De plano ya puede considerarse como descartada la idea de que alguna vez trabajaremos menos. Utópicamente el ideal para los más jovenes es en todo caso hacerse estudios para al menos trabajar más dignamente.

Como iniciativa a la desaceleración, por otras latitudes han surgido movimientos sociales que proponen opciones tendientes a la lentitud: slow food, slow sex, cittá slow que vencen imposturas culturales como el culto a la comida rápida, levantan las barreras del motor y retoman las calles e incluso señalan que el placer se destila más intensamente cuando la relación sexual ocurre a un ritmo natural, sin dejarse arrastrar por las prisas.

Pero, ¿realmente sería posible sostener este estilo de vida? Mientras no sea algo colectivo (por no decir masivo) se ve difícil. En una conferencia sobre fisiopatología del sueño, la conferencista subrayaba la importancia de cumplir con las horas de sueño requeridas, incluso afirmaba que las horas de sueño son una necesidad fisiolófica de cada quién. Sugería muy convencida que debíamos procurar dormir la siesta... Considerando que tienes de 15 a 30 minutos para comer (una hora como mucho) y que la mayoría de las personas vive en suburbios en los que sólo va de noche a su casa porque todas las actividades están en la ciudad, y que para llegar a esos suburbios hay que tomar un diablo rojo que se tarda como 15 minutos de una parada a la próxima, sí creo que esta irreflexiva sociedad baneña debe ocuparse un poco más de su salud. Lo que se pueda comer a medio día es tema aparte.

Moraleja: ¿Podré ejerecer mi derecho a la lentitud como lo hacen en Bra, trabajar como burra para tener con qué irme a Bra a ejercer mi derecho a la lentitud?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Son muchos los que reclaman una desalceleración de la maquina. Fijate este sitio:

http://www.adbusters.org/metas/eco/slowdownweek/

wakalani dijo...

si no entendi mal, me parece que en el libro Slow Food hablan también de la vida en Bra.