8.28.2005

Queremos rock

¿Será el simplismo mi pecado?

Un amigo misionero que trabaja en barriadas de alto índice de delincuencia me decía, tan campantemente, que la labor es dura, porque hay gente, que aún pudiendo conseguir trabajo, prefiere delinquir.
Inocente de mi, que así tal como me lo dijo me quedé de piedra: ¿Cómo puede ser eso posible? Entonces no es empresa fácil en verdad, hay que labrar la mentalidad de la gente, y eso es psicología (de la que siempre he tenido mis dudas). Pero luego continuó diciéndome:
- Sí, el problema es que no se conforman. Cuando trabajan ya no pueden darse los lujos que se dan cuando lo que quieren lo tienen, si lo roban.

En aquél momento se me aclaró todo, el problema más que psicológico sigue siendo social, tal como siempre me pareció. Obviamente, estas personas no tienen acceso a un trabajo dignamente remunerado y si bien es cierto, la idiosincrasia jugará un papel fundamental en todo esto, no se puede ir por la vida diciéndole a la gente que ponga todas las mejillas, mientras otro, además de abofetear, da latigazos y vive de mi plata, mejor de lo que mis hijos y yo viviremos nunca.

Más de lo mismo

Ahora en este intento de períodico, el Ministro de Gobierno y justicias declara que "la seguridad pública es un tema difícil". Considerando que según la nota, el 43% de las personas en este país no se siente segura ni en su propia casa, vaya si es difícil.
Las abuelas y los ignorantes piden cárcel para todo perro y todo gato. Y la intención no es mala, en principio alguna medida a corto plazo hay que tomar. Pero considerando las condiciones de las cárceles y sobretodo que la manutención carcelaria se sufraga con la plata de nuestros impuestos, no creo que la solidaridad sea el motivo que mueve la sed de cárcel de abuelitas comentadoras de programas radiales.
Las deficiencias profundas en los "estamentos de seguridad", que señala el ministro no están en la carencia de equipo y lo peor es que creo que el lo sabe.

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