3.02.2005

arquetipos

¿Qué hacemos?, ¿qué son nuestras vidas?, ¿cuánto valen? o ¿cuánto no valen?, ¿qué necesitamos?, ¿cuántas preguntas necesitamos?, ¿cuánto hemos peleado?, ¿cuánto no hemos hecho nada?

Tantas preguntas, tantas cosas que han pasado, y es tanto lo que hay que hacer. El país, el mundo, nosotros tenemos tantos problemas que ya lo vemos no como una parte de nuestra vida sino como la vida, y lo vemos como algo normal, tan normal que no reaccionamos a esos problemas, solo son problemas, que por ser la vida no nos toca resolver.

¿En qué nos han convertido? Sin deseos, en lo mejor de los casos algunos con esperanzas vagas, que en realidad son decepciones, nos convertimos, en materia inerte, el asco de nuestra propia humanidad, nuestra existencia es el no es, el no debería ser, pero es el es, es el la enfermedad que nosotros mismos hemos dejado que corra y la propagamos, somos el dolor, el sufrimiento que por cultura pareciera que nos gusta que nacimos para eso, nos revolcamos en nosotros mismos para ser más lo que no somos porque el nosotros ya desapareció.

¿Cuáles son nuestras intenciones? ¿no hay mal que por bien no venga? Nuestro pensamiento no existe. Nuestra agresividad se canaliza en dólares, en materia, en ganancias. Somos esclavitud que solo es sobrepasada por el deseo de inutilidad, de obediencia de aceptar. El más valiente de nosotros solo murmura, pero al final, mejor dicho desde el principio acepta concientemente y lo acepta como su realidad aunque lo que vivimos sea una fantasía. Fantasía porque no debería ser, pero no por ser fantasía la dominamos, no la creamos. Solo una fantasía constante que esta en cada cabeza, a pesar que nos autoconcenzamos que es lo real. ¿Pero si es lo real por qué no damos respuestas reales? respondemos con iguales fantasías, el no hacer nada y aceptar una vez más todo como si fuese normal.

¿Dónde esta nuestra fuerza?, ¿nuestra voluntad? Se han convertido en optimismo barato, acalladas por el mismo problema. Tenemos miedo. Lo más absurdo es que tenemos miedo de dejar de ser lo que somos, tenemos miedos a que nuestra cadena nos suelte, a que la cadena la rompamos. Preferimos siempre sufrir, resistir el problema hasta que sea la muerte la que nos libre, nuestro deseo de pecar de rebelarnos es acallado en las iglesias, en la tele, en nuestros vicios sin sentido y los aceptamos y los queremos y más aun los protegemos tanto que negamos todo símbolo de libertad para seguir aferrados a ellos, somos la decepción de la decepción, vergüenza de nosotros mismos y nos alegramos de eso como si fuese nuestra Meca, nuestro destino, la constante vivir en la gran fantasía que nos crearon, en la fantasía agria, sin despertar, sin pensar, sin ver, estamos al fin en la nada.

Nuestra libertad debe ser nosotros, nuestra propia acción y creación, no esperar que venga alguien y nos cree el sol, la luna, la tierra y a nosotros Nos debemos crear, es exigencia de nuestra propia naturaleza, vivir bajo la libertad del ser un ser, que nuestro pensamiento sea nuestra vida. Sin orden sin ley, solo la equidad, solo vernos a nosotros mismos, sin la necesidad de auto controlarnos, sin destruirnos, sin ser máquinas, sin ser lo que somos ahora.

La libertad no es individual, es colectiva, mientras ustedes no sean libres yo tampoco podré ser libre, porque voy a estar encerrada entre ustedes, combatiéndolos, huyéndoles, odiándolos, queriendo escapar, pero mi jaula es tan omnipresente, están en casi todos lados, con su cosas, sus vacíos, sus normas, sus reglas, sus fantasías, escucharlos es un castigo por intentar ser libre, verlos es ver a través de ustedes.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Por mucho ke sea Gandalf el ke lo diga, no somos libres de elegir lo ke podemos hacer con el tiempo ke se nos ha dado, ya ke simplemente nadie depende de uno mismo.

Anónimo dijo...

pues yo digo: demos el primer paso e identifiquemos al que o a lo que nos ha encadenado, porque sin saber de donde vienen nuestras cadenas dificil será liberarnos.