3.17.2005

aleje del alcance de los niños... y de los perros

De lo que le paso a Peludo, otro perro bloguero.

Estoy acelerado.

Estoy nervioso, inquieto. No puedo parar, no puedo estar quieto. Quiero correr, saltar, ladrar, jugar. Hago todo ello, y aún quiero más.

Me muerdo la cola girando sobre mi mismo, corro yo sólo a toda velocidad de una punta a otra de la casa. Me subo y bajo continuamente a los muebles y sillas.

Hoy me dejaron de nuevo con la casa enterita para mí sólo. Y claro, como no puedo vigilar lo que pasa por el barrio como hago cuando estoy en la terracilla, pues me aburro. Entonces me tengo que fabricar mis propios entretenimientos. Hoy he estado jugando con las cosas que los humanos se dejan sobre la mesa donde comen. Pero ahora me siento raro.

Los ojos los tengo abiertos como platos. El corazón me late deprisa. Siento necesidad de moverme continuamente. No puedo estar quieto. Me siento lleno de energía, capaz de cualquier cosa.

Y no he parado en toda la mañana. Lo que no sé es cómo llegué a parar hasta aquí.

Por cierto, ¿alguien podría ayudarme a bajar de la lámpara del techo?


Post completo y evidencia gráfica del incidente: Toi celerao

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