Están por convocar a sesiones extraordinarias a la Asamblea Nacional para debatir un paquete de reformas fiscales. No he encontrado la versión online de dichas reformas, quiero pensar y darle un poco de crédito al equipo de gobierno y creer que sí existe una versión impresa que ha sido accesible a la mano de todos y cada uno de los aquí residentes. No obstante, el curso habitual de los hechos, me lleva a pensar que la gente no tiene una idea clara de qué se está reformando y mucho menos las consecuencias a que implican a la economía particular de cada cual a corto, mediano y largo plazo.
Más que las reformas, lo qué si se conoce es la algarabía que produce la inconformidad por parte de empresarios; pues lo que se más se escucha, por no decir lo único, es que deberán que pagar un 2% sobre las ventas haya o no ganancia. Según los impulsores del asunto, se trata de una medida para acabar con la evasión de impuestos, cosa que convierte a Banana en un paraíso fiscal altamente reconocido por los entendidos en el tema.
Entonces, esa es la situación, otra vez de espectadores. ¿Realmente indiferencia? Es cierto, nadie sabe nada. Pero existe una manera de enterarse, de que el gnobe se entere, de que el emberá se entere, de que el tule participe y no hay porqué irse tan lejos y pensar sólo en indígenas, pero tampoco quedarnos tan cerca.
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