1.10.2008

Perder tiempo, ganar tiempo

Buscando evadir compromisos, responsabilidades aunque quizá solo los propios pensamientos, llegué hasta el parque. Elegí el sitio más distante, una vez encendido el cigarrillo de rigor, me dispuse precisamente a no pensar.

No habían pasado ni los minutos de cortesía cuando pude advertir al paletero diciendo "buenas". Contesté de forma automática y sin mirar y seguí en lo mío que en ese momento no era otra cosa distinta a pretender matar el tiempo, nunca mejor dicho. Pero pese a todo, el señor seguía ahí. Quienes han tenido el susto de conocerme, sabrán que no soy lo que diríamos una tipa entrona y campechana, pero sabrán reconocer que tampoco soy desatenta, así que dadas las circunstancias, quedaba como feo no decir nada, tan siquiera comprar una paleta sería más que gentil, hasta útil. Así pues, considerando mis opciones comencé a hablar. Y es que no hay nada más neutral y aburrido, pero igualmente conciliador que hablar sobre el tiempo. Y así empezamos, "sí porque lloverá", "no porque hace rato no llueve", mucho silencio y otra vez el clima. Porque además, tratábase de un señor bastante rural, como de cuarenta años, arquetipo de un paletero cualquiera.

Los temas fueron variando, pero seguían esa misma línea imprecisa que no tocaba a ninguna de las partes, lo cual para mí funcionaba bien, hasta que llegó un momento en el que entre una cosa y otra, el señor comenzó a contarme de una gringa que hace algún tiempo le compraba paletas. Según él, esta buena señora venía al parque a correr a diario. En ocasiones traía consigo a sus vástagos, pero siempre le compraba paletas. Hasta que un buen día, según refiere el paciente, la gringa empezó a invitarlo a correr con ella. A este punto, el hombre no sabía cómo decirme que la tipa en cuestión le tiraba los tejos, pero que él, por cuestiones de trabajo no se atrevía a dar un paso en falso. Contábame que tiempo después le tocó ver a la tipa de brazo con uno de los salvavidas del parque. A todo esto yo pensaba en lo pintoresco de la historia, que cierta o no, al menos me distraía, y de repente el tipo me dice: "... fíjese de lo que me perdí". En ese justo instante, empezó a llover, me despedí y mientras caminaba el tipo que me decía: "no se vaya, es solo una nube, ya está escampando... usted no lleva apuro? quédese!". Y fue solo en ese momento cuando me di cuenta que mientras yo pretendía perder el tiempo, el tipo estaba desperado por ganarlo.

1.06.2008

Desencanto*

Lo saboreaba aún sin conocerlo. Se creo expectativas, sí, pero contrario a lo que pueda pensarse aquello no mermó el ímpetu de ese torbellino de emociones que se dieron al momento del encuentro. No podía verlo en detalle, el frío la gente, otros pormenores; sin embargo en ella no había aforo para las dudas: se lo llevaría a su casa, le haría un espacio en algún sitio para no echar nada a perder, esperando con paciencia y buena voluntad el día de ese convivio, no sin antes prepararlo, advertirlo y advertirse que lo que venía era realmente grande.

Y en efecto, aquel día, contrario a sus costumbres de días festivos, se levantó temprano ataviándose con del mejor de los semblantes y se dirigió al mercado, regresando con los brazos cargados, el espíritu liviano y la cabeza llena de deliciosas ideas. Al llegar a casa, se dio cuenta que la faena iba a ser realmente ardua, pero estaba convencida, tanto o más que el primer día, que el esfuerzo merecía la pena, que la recompensa iba ser mayor a todo inconveniente, que una vez llegada la culminación la satisfacción iba a aderezar su plato y ya nada más importaría.

Había curiosidad en el ambiente, también buen apetito entre los comensales. Finalmente se dispuso la mesa, pero ya su ánimo, él de ella, no era el mismo. Aquél asado que la había hecho alucinar en colores durante días, en pocas horas la había arrebatado la energía y quien lo diría, hasta el deseo de probarlo, dejando más bien un sabor de boca muy semejante al del desencanto.


*Ficticio, pero basado en hechos reales. No revelaremos identidades en aras de la protección de los personajes involucrados.